lunes, 13 de noviembre de 2017

PERSONAJES DESTACADOS OPINAN SOBRE PUNO

HOMENAJE A PUNO
Héctor Béjar
Tomado de ”AL DIA”, Puno noviembre 2017 p.17
C
asi todo se ha dicho sobre Puno, pero quiero recordar algunos hechos.
Primero, lo geográ­fico-histórico. Puno es la bisagra entre el Perú, Bolivia y la Argentina, la articula­ción natural entre el Pacífico y el Atlántico sin dañar la sel­va. Parece haberlo sido así en los 10,000 años preco­lombinos y en los 300 años coloniales. Es la cúspide del camino entre la costa del Pacífico y el Rio de la Plata. Parte del techo de Sudamérica. La puerta hacia la bajada a la pampa argentina.

Puno es probable­mente el origen de los Incas. Los Incas debieron ser migrantes del Altiplano y el Gran Lago hacia el valle sagrado.
El Gran Altiplano con sus extensos pastos sería, si no lo tuviéramos abandona­do, una de nuestras fuentes de proteínas si criásemos camélidos andinos para comer su carne baja en colesterol o si usáramos la finísima fibra de alpacas y vicuñas para vestimos y abri­gamos. La otra fuente sería el mar si no cocináramos el pescado para convertirlo en harina destinada a los cerdos de Europa.
Puno es la más varia­da, vigorosa y multicolor fuente de danzas y músicas. Puno no solo son aimaras y quechuas. Es también mesti­zos y cholos, gente indus­triosa, animosa, valiente, todas las sangres.
Puno fue escenario de dos de las tres más importan­tes sublevaciones indígenas de nuestra historia republica­na: los indios de Putina, Chupa y Samán encabeza­dos por Juan Bustamante en 1868 y los indios de San José, Atarani y Sankoyo lide­rados por Teodomiro Ramí­rez Cuevas llamado Rumi Maqui en 1915; o los indios de Huancané en 1923. Excepto Rumi Maqui que escapó, todos ellos fueron asesinados en masa, balea­dos, quemados vivos por expediciones organizadas y justificadas desde Lima o desde el gamonalismo serra­no. Fue la tierra de Juan Hipólito Pérez uno de los fundadores del movimiento campesino moderno y de Ezequiel Urviola, llamado por Mariátegui el prototipo del indio socialista.
Fue centro intelectual de los años veinte con el Grupo Orkopata y su anima­dor Gamaliel Churata, quien vinculó el indigenismo, como quería Vasconcelos, con la cultura universal.
La emigración puneña ha poblado Lima, Tacna, Arequipa, Bolivia y el norte de Chile. Puno no es provinciano ni localista. Avanza hacia el mundo, se abre a la vida universal.
Sendero no pudo con Puno. Con Cajamarca, estuvo entre los pocos departamentos andinos que Guzmán no pudo infiltrar ni dominar.
Esa montaña histórica está emergiendo de nuevo encabezada por una burgue­sía chola, con dinero, coraje e identidad. Claro, es cierto, está mezclada con el contra­bando, la minería informal, la explotación de familiares, la corrupción, no pretendo trasmitir una visión cando­rosa del pueblo.
La emergencia de Puno es como la de Los Oli­vos, de Gamarra. Es una plebe y una burguesía. Es también desorden, suciedad, corrupción y violencia. Puede no gustarnos, pero es. Díganme qué burguesía fue buena aquellos que endiosan a los franceses e ingleses sabiendo que ellos, aureola­dos por una historia falsa, también fueron explotado­res, traficantes de opio, esclavistas, piratas, usureros, asesinos de reyes y traidores.
Los adoradores del libre mercado se escandali­zan de que las mercaderías pasen las fronteras del sur cuando ellos postulan la abolición de nuestras fronteras económicas con los TLC. ¿Es bueno que exista el con­trabando formal de los TLC y es malo el contrabando informal de las culebras (convoyes de camiones) que entran por Puno? ¿Es mala la contaminación de la minería informal y es buena la de la gran minería a la que se atri­buye no contaminar cuando está acabando con las lagu­nas de Cajamarca?

El orden, la paz, la limpieza, son buenos, indis­pensables, y debemos construirlos, pero no sobre la dis­criminación, las balas y la sangre. Si queremos ordenar a nuestro país hagámoslo entre todos y con todos. Acabemos con la política del embudo, lo ancho para mí y lo angosto para los demás.
Por eso, desde esta columna, rindo homenaje a ese coraje. A esa dignidad que les ha dicho no a los gamonales del siglo XXI y sus cómplices y sirvientes de Palacio.
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*Abogado y Sociólo­go, Doctor en Sociología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, Perú

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