miércoles, 22 de marzo de 2017

ENFOQUES INDIGENISTAS. OPINION

EL LEPROSORIO POLITICO
DEL PERU NEOLIBERAL
Por: Aureliano Turpo Choquehuanca, PhD.
K`elk`akuk K`echua Runa
L
a lepra es una enfermedad contagiosa y mortal, muy aliada en los tiempos de poder esclavista del Imperio Romano, pues, los enemigos de los cesares romanos fueron en muchas ocasiones infectados por la lepra y confinados a la periferia del poder central del cesarismo romano de aquellos tiempos del cristianismo. No olvidemos los primeros cristianos fueron los aliados del emperador Constantino, quién fue el primer obispo y el impulsor de la religión cristiana, que se vino en denominar, la religión católica, apostólica y romana que provocó un sisma que dio origen a la iglesia protestante de Lutero y Calvino, finalmente lo convirtió en la religión oficial del imperio, entregándole al mismo tiempo inmensos terrenos y casonas para su funcionamiento como institución religiosa del imperio romano.


La enfermedad que corroyó durante centenares de años a las sociedades europeas fundamentalmente, se ha trasladado a todos los espacios territoriales colonizados por ellos y perfeccionados con la ciencia y la tecnología de la muerte occidental y angloamericana. Siendo la lepra muy contagiosa y mortal para el ser humano, se ha subjetivizado y  anida en la mente del colonizado colonizador, quién a través de la dogmatización, manipulación y de la alienación impone sus conocimientos y saberes infectados con la lepra, enfermedad que destruye la subjetividad y los conocimientos y saberes de los pueblos y naciones forjadores de grandes civilizaciones ancestrales, particularmente de la región tawantinsuyana, hoy identificada como “América del Sur”.
El tiempo y el espacio de la colonización euro-española ha sido la primera experiencia de esta enfermedad leprosorio, pues, la llamada Santa Inquisición diseminó su bacilo leprosorio infeccioso del cristianismo, infectando y destruyendo la subjetividad de los pueblos y naciones de la civilización comunitaria de ayllus del Tawantinsuyu desde el siglo XVI a la fecha. Para nadie es novedad que imposición de valores culturales y visiones filosóficas y políticas medievales, que han servido para desestructurar la sociedad equilibrada y armónica no clasista de los tawantinsuyanos. La sociedad codiciosa y egocéntrica de España y Portugal han contaminado con sus saberes y conocimientos leprosorios, la sabiduría de su cosmovisión de la vida y la sociedad, hasta el extremo de convertirlos en católicos, apostólicos y romanos a la fuerza y la amenaza de los tribunales de la fe, que persiguió y achicharroneo a seres humanos que no eran de su mundo cultural.
Esta práctica colonial de los invasores euro-españoles está reñida con la más mínima enseñanza católica del decálogo de Moisés, sin embargo, su prédica de obediencia y amor al prójimo no era otra cosa que el sometimiento a la política leprosoría del poder colonial, que ha dejado sus bacilos leprosorios en las instituciones coloniales como las gobernaciones, municipios, audiencias, capitanías, parroquias, escuelas parroquiales y universidades, donde la lepra del saber de la cultura occidental se impuso muy sutilmente, del que se valieron para negar la esencia de los valores culturales de la sociedad comunitaria no clasista del Tawantinsuyu (América del Sur).
La práctica leprosoría española estuvo precedida de la acción evangelizadora y castellanizadora del “indio salvaje”, que había encontrado el sabihondo español, para sojuzgarlo por centenares de años al constructor de las grandes civilizaciones, hasta el extremo de hacerle negar su propia identidad pluricultural, su pertenencia territorial tawantinsuyana y personalidad etnohistórica civilizatoria. De esta manera instituyeron el robo, la mentira, la flojera y todos los males sociales feudales de Euro-España, que los Españoles Americanos: criollos y mestizos heredaron para continuar con la política leprosoría del colonialismo interno, vía el régimen  republicano liberal que cimentó el colonialismo mental al estructurar Constituciones Políticas y las leyes que daban paso a la libertad del mercado capitalista que se expandía por los llamados países independizados de América latina y anglosajona.
Los gobernantes republicanos de los primeros años de la “independencia del Perú”, conservadores, tradicionalistas, liberales y republicanos no hicieron otra cosa que continuar con las formas de explotación colonial servil y esclavista, afirmando su poder colonial en los latifundios y las haciendas, donde el pueblo kechua, aymara es convertido en paria al servicio de los nuevos encomenderos aristocráticos y oligarcas, hambrientos de poder socio-económico, político, jurídico y religioso. La imposición de tributos al “indio”, la usurpación de las tierras comunitarias de producción, la explotación desmesurada de los recursos naturales no renovables, han sido fuente de ese poder que ha destruido el sistema económico comunitario de reciprocidad, de todo el ordenamiento social comunitario no clasista que garantizó el bienestar de más de 12 millones de habitantes tawantinsuyanos (América del Sur) a la llegada de los genocidas españoles.
Durante la afirmación del Estado-Nación republicano liberal (s. XVIII-XX), la sociedad latinoperuana ya era una neocolonia de los países capitalistas europeos, interesados en los recursos naturales necesarios para el florecimiento de sus industrias y fábricas, donde la acumulación de capital lo convertirá en potencia económica y militar. Mientras el pueblo forjador de la riqueza nacional, cada vez más era reducido a una bestia de trabajo, pues, no tenía reconocido sus derechos fundamentales, laborales, mucho menos el derecho a la atención de la salud ni a la formación profesional. Derechos constitucionalizados que solo eran válidos para las elites criolla-mestizas citadinas, especialmente de la capital limeña.
Esta realidad del colonialismo interno republicano, a lo largo de la llamada vida republicana se ha enlodado mucho más en el leprosorio político neoliberal de los últimos tiempos, donde los gobernantes supuestamente “demócratas”, “nacionalistas” y “populistas” han transformado el país en un inmenso territorio lleno de lepra y políticos leprosos. Los llamados países emergentes o en vías de desarrollo capitalista como Brasil, Chile, Argentina y otros países contagiados con la lepra política, se han convertido en los principales impulsores de la corrupción, el latrocinio estatal y la anulación de valores culturales y éticos, que sistemáticamente se instalan en las instituciones gubernamentales: poder ejecutivo, poder judicial, poder legislativo y todas las instancias públicas y privadas que enajenan a diestra y siniestra las riquezas que la Madre Tierra nos ha brindado, para el bienestar del soberano.
La empresa trasnacional llamado ODEBRECHT brasilera, heredera del poder colonial portugués, hoy reconocido como el gigante sudamericano se ha convertido en la más grande productora de la lepra política y económica, que viene destruyendo el futuro de los pueblos aún sometidos al colonialismo interno republicano, como es el caso del Perú neoliberal oligárquico. El libre mercado sancionado en la CPE de 1993, constitución fujimorista que garantiza la lepra política de los neoliberales del orbe, es el principal instrumento del robo y el saqueo de los bienes materiales e inmateriales del soberano, pues, el enriquecimiento ilícito,  el soborno a altas autoridades del Estado-Nación republicano neoliberal y la institucionalización de la corrupción a plano nacional, regional y local es la clara expansión de la lepra política neoliberal de los gobernantes y sus partidos políticos que sonsocan al soberano para legitimar el robo y la corrupción de estos supuestos modernizadores y defensores del pueblo.
¿Qué hacer ante tanta miseria gubernamental, enferma de lepra política neoliberal? ¿Cómo salir de este leprosorio político neoliberal? ¿Cuál es el camino a seguir para curarnos del leprosorio político neoliberal? No será nada fácil encarar esta enfermedad centenaria que aniquila instituciones y seres humanos, sin embargo, el soberano en su sabiduría ancestral, recrea una respuesta histórica, política, jurídica y socio-económica, sustentada en la experiencia de miles de años de la estructura socio-económica comunitaria de reciprocidad del siglo XII-XVI. Experiencia que ha servido a los intelectuales europeos y latinoamericanos, para proponer sociedades utópicas como el socialismo y el comunismo, partiendo del falso reconocimiento del comunismo primitivo y del imperio socialista de los Inkas.
Tomás Moro, fue el primero en reconocer la grandeza de nuestra sociedad comunitaria no clasista, explicada en su libro “La Utopía”, aunque no especifique las particularidades del florecimiento cultural regional de las distintas civilizaciones conformantes del Tawantinsuyu (América del sur), que los rescató de las distintas crónicas que circularon por Europa. Sin embargo, la hegemonía del liberalismo jacobino en el pensar político, ha encaminado el industrialismo modernizante, con la finalidad de superar el sistema feudal y afirmar el capitalismo emergente, para desgracia de los países que se independizaron de la dominación colonial euro-española y portuguesa de la hoy llamada América Latina y anglosajona, de África y Asia.
Muchas empresas europeas interesadas en la enajenación de nuestras riquezas naturales, se brindaron en unos casos y en otro lo impusieron de conformidad a la política leprosoría colonialista, a los distintos gobiernos oligárquicos republicanos del Perú, ofreciendo dinero para el emprendimiento modernizante y la hipoteca de nuestro futuro como pueblos y naciones. Práctica política leprosoría que subsiste hasta el día de hoy y lo han confirmado los gobiernos de Alberto Fujimori, Alan García Pérez, Alejandro Toledo Manrique, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski y sus apóstoles leprosorios. Si miramos retrospectivamente lo que ocurrió con el guano y el salitre, la goma, el caucho,  el petróleo, el gas y los minerales y la producción agropecuaria, entenderemos como nos han mentido y nos han engañado, haciéndonos creer que era para solucionar la pobreza y la miserable sobrevivencia de los más vulnerables habitantes del Perú-Tawantinsuyano.
Los partidos políticos leprosorios de la derecha y la izquierda, hermanos gemelos venidos del occidente europeo modernizante, llegan a territorio tawantinsuyano después de la llegada de las carabelas de Colón y los caballos de Pizarro. La política leprosoría del occidente europeo, llegan hoy en los modernos aerotramsportables aviones y barcos modernos, en calidad de mercancías, es decir, en libros que los pongos políticos latinoperuanos los tomaran como su texto dogmático para continuar con el colonialismo mental y fortalecer el colonialismo interno republicano neoliberal, así encontramos literatura marxista, liberal, neoliberal que determina la desgracia socio-económica, política, jurídica, cultural y religiosa de la sociedad de todas las sangres. Muestras de todo ello los tenemos con las guerras fronterizas, golpes de estado, guerras civiles, guerrillas y persecución y genocidio al pueblo cuando insurge en defensa de sus derechos fundamentales.
Ahora bien, la realidad socio-económica, política, cultural, jurídica y religiosa en el Perú republicano neoliberal es de pestilencia y de leprosorio político, que merece ser erradicado desde sus raíces coloniales y reconstituir la sociedad y el Estado comunitario plurinacional, plurilingüe y pluricultural como reto del siglo XXI. Por cerca de 200 años de colonialismo interno republicano nos ha demostrado la ineficiencia y el descalabro en la gestión gubernamental y en la construcción del Estado-Nación Latino Peruano, fracasaron los criollos y mestizos gobernantes, que insisten en seguir en el manejo gubernamental, llevándonos  a las elecciones generales y ofreciéndonos lo de siempre incumplidos. ¡¡Basta de esta política leprosoría de los colonizados colonizadores liberales, neoliberales y socialistas marxista e indigenistas!! Nuestra alternativa de vida la reconstruiremos nosotros los pueblos y naciones kechuas, aymaras y amazonenses del Perú-Tawantinsuyano, pues, tenemos la experiencia de lucha contra la dominación colonial española y la dominación republicana, fortalecidos en nuestra lógica de pensamiento cósmico de la vida y la sociedad ancestral y contemporánea, que en un primer momento de nuestra lucha no estuvo sistematizada como hoy, para enfrentar a la política leprosoría del Perú oligárquico neoliberal.
Tenemos también la experiencia de como los apóstoles de la política leprosoría del Perú neoliberal, enarbolan nuestras preocupaciones políticas, sociales, económicas, culturales y jurídicas, con el único propósito de mantenerse en las esferas del poder del Estado-Nación republicano y seguir la política leprosoría neoliberal como lo han demostrado a la saciedad los ladrones y corruptos de LAS CUATRO PESTES LEPROSAS DEL NEOLIBERALES: Fujimori, García, Toledo, Humala y el actual gobernante Pedro Pablo Kuczynski. Máximos exponentes de la enfermedad adquirida del occidente europeo latino-anglosajón y asiático.
El primer paso es forjar y fortalecer nuestro instrumento político con clara definición ideológica y política que responda a nuestra cosmovisión de la vida y la sociedad ancestral y contemporánea, para enfrentarnos sabiamente a los partidos políticos leprosorios que vienen destruyendo nuestras riquezas naturales y con ello nuestra propia vida, la naturaleza y el cosmos. Aquí radican los fundamentos de nuestra respuesta a las ideologías de la muerte y la destrucción de la vida y el planeta, y es aquí donde encontramos nuestra fortaleza de resistencia a los cerca de 500 años de ocupación colonial de los invasores europeos y latinoamericanos del Perú neocolonial y neoliberal.  

Un segundo paso es el de desarrollar una campaña de descolonización política neoliberal de derecha e izquierda y afirmar nuestro destino histórico, político y jurídico, y emprender el K`apak Ñan hacia un nuevo PACTO SOCIAL COMUNITARIO, que nos permita ser a nosotros los  responsables de nuestro destino político, redactando una nueva constitución que garantice el bienestar de toda la sociedad pluricultural, plurilingüe y plurinacional, para sepultar definitivamente el régimen republicano del Estado-Nación neoliberal colonialista. El centralismo unitarista republicano ha fracasado y no podemos seguir dentro de ese fracaso que los criollos y mestizos han labrado a su beneficio.
Un tercer paso es aglutinar a nuestros profesionales, intelectuales kechuas, aymaras y amazonenses para debatir nuestras propuestas de transformación y reconstitución de un NUEVO ESTADO CONFEDERADO DE PUEBLOS Y NACIONES DEL PERÚ-TAWANTINSUYANO. Proyecto histórico de cara a los retos y paradigmas del siglo XXI, pues, el tercer milenio es nuestro y no tenemos que rifarlo confiando en el mestizo citadino neoliberal izquierdista y derechista, apestado con la lepra política extracontinental. Al mismo tiempo hacemos un llamado a los kechuas, aymaras y amazonenses asimilados a los partidos leprosos a abandonarlos y asumir su destino y responsabilidad con el futuro de sus hijos y los hijos de sus hijos.

¡¡KAUSACHUN NOK`ANCHIS MUNAYNINCHIS, HATUN PAK`ARIYNINCHISPAK!!

Aswan Karu llaqtamanta pacha, marzo del 2017.

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